Merced de vino, aceite, cera y harina para la Iglesia Catedral de Cartagena, por seis años.

Juan de Oribe, en nombre del Deán y Cabildo de la Iglesia Catedral de la ciudad de Cartagena ha informado al Rey Carlos y a su hija la Princesa María de Austria que esa iglesia "estaba pobre y necesitada, por no tener fábrica y rentar poco los Diezmos, y que tenía necesidad de ser proveída de vino para decir misa e de aceite para la lámpara del Santo Sacramento e de alguna cantidad de cera”, por lo cual ordenaron al Gobernador de la Provincia de Cartagena que “se informase de lo susodicho, e de lo que valían los Diezmos de ese Obispado y la fábrica que pertenece a la dicha Iglesia, y nos enviase relación dello”, y que en adición a la fábrica o entradas que tenga esa iglesia, provea lo que falte con los oficiales de la provincia (I.271). El doctor Juan Maldonado, nuestro Gobernador e Juez de Residencia desa dicha provincia, cumpliendo la orden, envió a los Oficiales de esa provinciarelación de lo que se requería, y le entregaron a la Iglesia “seis arrobas de vino para decir misa, e de otras seis de aceite para la lámpara del Santo Sacramento, e de dos quintales de cera para el cirio pascual e decir misa e las horas cantadas e misas de prima e de ánimas, e de otras seis arrobas de harina para hostias”. Para que en adelante la Iglesia esté proveída, la Princesa le otorga merced, y ordena a los oficiales que durante seis años, “de cualesquier maravedís del cargo de vos el nuestro Tesorero, proveáis a la dicha Iglesia Catedral desa dicha ciudad, de la cantidad de vino e harina y aceite e cera que ansí proveístes que se le diese en cada un año para el dicho efecto”. También ordena tomar carta de pago, y con ella y esta cédula, se registren en cuenta los costos (I. 272).